"La vida es comprender; comprender que solo se vive una vez, y que esa vez, hay que vivirla al máximo cada día cada minuto y cada segundo. La vida es luchar; luchas por lo que quieres sin pensártelo dos veces, y luego conseguir lo que te propones sin obstáculos y sin que nada ni nadie se interponga en tu camino. La vida es soñar; soñar todos los días con todo lo que deseas, o soñar por eso que pasó y que te encantó, que te llenó. La vida es amar; amar a la persona correcta, a una persona orgullosa, luchadora y afable. Con la que puedas compartir un nuevo día, con la que puedas compartir sonrisas, con la que puedas compartir conversaciones interminables y divertidas, con la que puedas entenderte cada día sin tener que preocuparte por lo que pasará".
Muy pocas personas consigue a alguien así, y yo le tenía, ahí delante, justo en mis narices, a todas horas, cualquier día. Si yo me caía, ahí estabas tú para levantarme, para decirme con una sonrisa enorme que no me preocupara que todo saldría bien que estabas ahí, conmigo. Que me quería, que me quería como no había querido a nadie ¿y yo que decía? Yo también te quiero, mucho mucho mucho, y le daba un abrazo. ¿Un abrazo? ¡Venga! Los amigos se dan abrazos y tú no hacías más que restregarle por la cara que él era eso, un amigo y nunca sería otra cosa. Le contabas tus líos de sábado noche y él sonreía como si se alegrase, pero no, no se alegraba, no soportaba oírlo, no quería escucharme, prefería pensar que todo eso era mentira. Pero los papeles se intercambiaron, él la tiene a ella y yo le tengo a él, pero solo en mi cabeza.
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