jueves, 29 de diciembre de 2011

Ya lo sabes

Ésta será, probablemente, una carta que no me atreveré a enviar. Ya sabes, soy de decir muchas palabras y después no hacer nada. Quizás no me diese tanto miedo si tú no fueses tan complicado.. (o es que yo soy muy simple, no lo sé). La cuestión, es que hoy me he despertado pensando en tí (menuda novedad, ¿verdad?) y te he echado de menos (no te impacientes, ahora viene lo bueno). Si quieres, destrózame el corazón y, más tarde, ponle tiritas que sepan a te quieros susurrados a media voz. Susúrrame que sueñas conmigo. Miénteme. Engáñame. Después, dime la verdad. Sonríeme como si quisieras comerte el mundo y convénceme de que también yo puedo hacerlo. Sé diferente conmigo a como eres con ella. Haz lo que quieras, idiota. Sé que ahora estarías sonriendo y preguntándote porqué no te digo todo ésto al verte. Fácil, tu también conoces la respuesta: Me falta valor (igual que a tí)

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