Voy a guardar los pequeños instantes de felicidad en un cajón y un poco de luz solar en él, así cuando las nubes y los malos momentos aparezcan aún tendré la esperanza de mi pequeño cajón, por eso, cuando ya esté desgastada de sufrir , lo abriré y me daré cuenta de que como los momentos felices se acaban, los malos también lo hacen.
Y sólo tendré que acurrucarme y esperar a que la tormenta se acabe, sentir el aroma de la calle mojada, que aunque está herida yace resplandeciente ya que lo malo pasó , entonces veré asomar un pequeño aunque brillante sol entre todo ese caos y en ese momento sabré que todo va a ir bien siempre, aunque no lo parezca, aunque a veces me obsesione con estupideces y sea poco racional cuando algo se me mete entre ceja y ceja, voy a estar bien.
Y así como yo puedo cerrar uno de los peores capítulos de mi vida, tú también puedes.
Mantente fuerte, porque tu mente puede ser tu mejor amiga o tu peor enemiga.
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