Con el paso del tiempo he aprendido muchas cosas; a levantarme todas las mañanas, vestirme y desayunar sola. a hacer mis tareas sin que me lo digan. a dejar de morderme las uñas (de vez en cuando). a disfrutar a cada instante. a callarme cuando era necesario (o al menos ha intentarlo). a agachar la cabeza y fingir que no lo he oido. a mirarte y girarme como si nada hubiera pasado. a seleccionar gente con la que seguro, quiero pasar esta preciosa etapa llamada adolescencia.a llorar con las canciones. a que mi piel se ponga de gallina con determinadas caricias. a no ilusionarme por cosas que pueden no suceder. a sonreír para intentar alegrarle el día a alguien. a enamorarme de alguna sonrisa. a no depender de nadie nunca. a vivir sin arriesgar.
a todo esto y mucho más, pero no he conseguido dejar de equivocarme. No he conseguido aprender a diferenciar lo que mi gran corazón, en el que caben personas que no deberían de caber, siente en cada situación. Por eso le pongo punto y final a mis errores, porque quiero dejar de equivocarme. Quiero que por una vez las cosas me salgan bien, y disfrutar del momento por que definitivamente, para eso están los momentos, para disfrutarlos, ¿no?
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